lunes, 6 de agosto de 2007

Tu, ¿chateas o platicas? por Natalia Briseño


En los tiempos de mi mamá (según cuenta la leyenda), cuando alguien quería localizarla (galán, prospecto, amiga, novio, familiar) tenía que hacerlo al teléfono de su casa en un horario que mi abuela calificaría como decente, siempre y cuando la línea no estuviera ocupada y desde luego mi mamá se encontrara en casa. El ritmo vertiginoso del crecimiento tecnológico ha obligado a un cambio de costumbres de los que no vamos a hablar en la entrada del día de hoy, como tampoco vamos a poner a discusión como las hormonas de la comida han hecho que las adolescentes se sumen a estos cambios tan desproporcionados de la cadena de desarrollo, llegando a sumarse a las influencias mediáticas y demás historias que han hecho que seamos todos una cadena de caos (según apuntan muchos). A lo largo de muchas entradas de éste blog junto con los blogs paralelos vamos a dar cabida a la discusión paulatina del desempeño de los medios de comunicación y qué podemos hacer los que apenas vamos entrando para hacer algo más productivo con ello.

Lo que hoy si es tema son los famosos chats. Existen círculos de amigos en algunos estratos sociales en México que aún niegan mano en pecho que chatear es lo veintiúnico que no hacen en Internet. Claro, el cliché gringo a la “You´ve got mail” o el entrar al “Se busca chava” no es la única forma de entrarle a la maravillosa forma de entretenimiento para algunos impersonal que conlleva el contacto humano-máquina-humano. También está el hablar por el famoso Messenger, el entrar al facebook, el myspace y demás formas comunicativas en las que mucha gente pasa horas interminables. El problema no es usar estas formas de entretenimiento. Ni siquiera es la discusión de algunos humanistas que argumentan la pérdida de el contacto humano. Hay temas que pueden significar mucho como la productividad. Existen personas que durante su jornada laboral se dispersan y pueden pasar horas y horas checando , modificando, mandando recaditos y Pum! Pasan las horas y no lograron terminar su chamba.

En el blog Laflecha.net salió una entrada titulada “Los Peligros de chatear sin control” en ella aseguran que en algunos países ya se cataloga el chatear como una adicción. Citando a una psiquiatra de nombre Sandra Venegas alertaron que los padres pueden estar alertas ante posibles "señales" que podrían indicar una adicción. Entre esas señales se destacan: aislarse del mundo o preferir relacionarse con los amigos en el chat antes que personalmente, o bajar el rendimiento escolar.

Pero no se trata de especulaciones al “ahí se va”. Ya hay estudios sobre el tema. Cito textual: “ 
Algunos estudios realizados señalan que quienes utilizan el chat por más de cuatro horas al día son potenciales adictos; y un sondeo del ABC News arroja que el 6% de quienes navegan por Internet presentan adicción. Es importante, entonces, estar atentos.”
Lo que aconsejan no es nada fuera del otro mundo: demostrar interés por las actividades de sus hijos. No hay que olvidar que nunca sabemos quien está del otro lado de la red. Existen casos en los que hay redes de pederastras detrás de niños, es una realidad.

“Es impactante saber que uno de cada seis jóvenes ha tenido un encuentro con alguien que conoce a través de la red, y que el 60% de ellos acudió a la cita solo. También una gran mayoría de los adolescentes encuestados dicen que no les preocupa entregar información personal a extraños.”

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